ORÍGENES DE LA COMEDIA

En los poblados del Ática se celebraban anualmente las fiestas de la vendimia y otras relacionadas con el vino. Tales fiestas, religiosas en su origen, fueron evolucionando gradualmente hasta convertirse en simples regocijos populares, en los que bulliciosos cortejos de vendimiadores paseaban accesorios de diversos tipos.

Tanto los que desfilaban, como los que presenciaban estos desfiles, animados por el licor de Baco, cantaban y reían.

La fiesta, espontánea en los primeros tiempos, fue organizándose poco a poco.

Se preparaban previamente para el desfile canciones, trajes, y bromas contra los personajes más conocidos del momento.

Paulatinamente tales desfiles se fueron convirtiendo en espectáculo habitual. Los magistrados de la ciudad acabaron instituyendo concursos de comedias similares a los ya existentes de tragedias. Comenzaron el año 460 a.C.

En las colonias de Sicilia, sobre todo en Siracusa, ya se había ido desarrollando, a comienzos del siglo VI a.C., una verdadera Comedia en verso, con argumentos tomados de la mitología o de la vida real. Su representante más famoso es Epicarmo.

Incluso en Mégara, ciudad próxima a Atenas, se celebraba, desde el comienzo del siglo VI a.C., una farsa grosera, con ataques personales a conciudadanos aún vivos.

Las escenas en que intervenía el coro, tales como los agones, himnos, plegarias, cortejos de boda y parábasis pervivieron en la Comedia.

Los actores son, en realidad, miembros del coro independizados, que, en lugar de cantar, recitan. En Aristófanes el corifeo ejerce a veces de actor.

La tragedia heredó de los rituales el tema de la salvación y de la felicidad. Y el de la victoria sobre el mal. Ambos aspectos pasaron a la comedia.

La comedia formó parte del culto dionisíaco estatal ya en el 486/485 a.C., medio siglo después de la tragedia (535/534 a.C.)

La comedia coincide en algunos aspectos con el drama satírico. No guarda relación alguna con el mito heroico, pero insiste en lo paródico, fantástico, procaz y en otras características peculiares del drama satírico, que no fueron admitidos por la tragedia.

La comedia sumió notables innovaciones, especialmente en lo relativo a la temática, indumentaria y sobre todo el lenguaje, convirtiéndose en una obra heterogénea.

En los concursos de Comedia cada poeta cómico sólo representaba una obra.

Los coreutas eran 24, más numerosos que en la Tragedia.

Los trajes y las máscaras, más variados.

En principio sólo había cuatro actores, pero los figurantes desempeñaban con frecuencia papeles secundarios y recitaban algunos versos.