ESTRUCTURA

Una tragedia es, ante todo, una combinación de canto coral, danza y diálogo. Este último no fue parte esencial durante mucho tiempo. Su mayor originalidad radica en el papel primordial del coro. Los comentarios del corifeo, o coreuta que participa en el diálogo, representan la opinión razonable sobre la acción que se desarrolla en el escenario.

La obra suele comenzar por un prólogo hablado. Unas veces es un diálogo y otras, un largo monólogo, en el que un actor informa al público acerca de los personajes, del lugar de la acción e, incluso, del desenlace de la misma. Tras el prólogo se produce la primera entrada del coro (párodos), cuyo canto se divide en tres partes: estrofa, antistrofa y epodo. El resto de la tragedia se compone de episodios dialogados, separados por las intervenciones del coro, los estásimos. Episodios y estásimos son de un número y extensión variable. Generalmente hay tres episodios. El éxodos, o "salida" del coro, se contrapone al párodos.
Los temas suelen versar sobre las leyendas heroicas, tan conocidas por la mayoría de los espectadores, que incluso podían seguir la acción, sin entender las palabras, si no llegaba con claridad hasta ellos la voz de los actores.